Resumen Quique Hache y el caballo fantasma - Parte 3 [FINAL]

Resumen Quique Hache y el caballo fantasma
Portada Quique Hache y el caballo fanstama

TERCERA PARTE: A MI ME GUSTA EL CERRO SAN CRISTOBAL 


Quique le prometió a su madre que no lo volvería hacer, pero todos sabían que era una mentira, pero dejaba tranquila a su madre, en eso recordó que debía de visitar al Bombo al hospital, pero con tanta cosa, se le olvidó. Al otro día se dirigió al hospital, ahí estaba el Bombo, más gordo y contento, le pidió que le relatará todo lo sucedido y Quique se lo contó, Vivi Sommer y sus guardaespaldas estaban en la cárcel por ahogar al Chucho Malverde, no se sabía nada del tal Mariscal ni de los huesos del Huaso o de Don Anselmo Cherino. En eso el Bombo le dice que durante la semana que lo mandó a llamar, era porque se encontró con Don Anselmo Cherino en el hospital, y este le contó todo, lo mismo que Quique, pero además, una noche Don Anselmo escuchó hablar a Chucho Malverde con Vivi Sommer sobre los restos del caballo y el trato que tenía con el Mariscal, por lo que él decidió llevarse los restos de Huaso y dejar esos panfletos de Furia Verde, inventando lo del robo, dejando los restos del caballo en una caja metálica. Todos los días Don Anselmo iba a ver al Bombo, para saber si Quique había aparecido, pero después de unos días no apareció. Bombo fue a preguntar a una enfermera y esta le dijo que don Anselmo había muerto durante la noche, durmiendo. Gastó todo el resto de dinero que tenía para pagarse el funeral y así no molestar a la única familia que le quedaba, murió y fue enterrado solo. 

Llegó fines de Septiembre, con ello empezaba la primavera y terminaba el invierno. Era el día del casamiento de la Gertrudis Astudillo con el Negro Molina, todos estaban bien vestidos para la ocasión, la Gertru se fue a quedar en la casa de Conchita Ossa porque quedaba más cerca del registro civil y porque ella la iba a peinar y maquillar. Todos esperando a la novia en el registro civil, el Negro nervioso, pero contaba chistes para que no se notará, luego habían pasado dos horas y todos sabían que ya no habría matrimonio. Se les ocurrió llamar a Conchita y ella solo responde que no habrá casamiento ni hoy, ni mañana ni nunca, ya que se la Gertru se arrepintió y cuelga. Mientras volvían a su casa en el auto, la madre de Quique le dice que él debe saber algo, pero Quique no dice nada. Él supone que Gertru debe estar en ese lugar.

Al llegar, todos se dirigen a sus habitaciones y Quique se escabulle para tomar una micro hacia el cementerio, ahí ve la tumba de Don Anselmo Cherino, vuelve donde el guardia y le pregunta si no había nada raro con aquella tumba, le dice que no, pero Quique le da 5 mil pesos y este le dice que le cobraron extra al caballero, ya que tuvieron que enterrar al lado del fallecido, una caja metálica. Quique se dirige al cerro San Cristóbal y en la cima, junto a la virgen, se encuentra la Gertru, sin decir nada ambos y después de 10 minutos, la Gertru solo dice “mañana será otro día”. Nada más. Era suficiente. Para la Getru la frase significaba lo mismo que para Quique al visitar la tumba de Don Anselmo Cherino: algo acababa, pero al mismo tiempo algo comenzaba. 

FIN


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